Seguramente que si te acabas de iniciar en el mundo de la cerámica o incluso si ya llevas algún tiempo muchas veces te surjan dudas acerca de con qué pigmento colorante y en qué momento debes decorar cada una de tus creaciones. 

En esta publicación te lo quiero aclarar, ya que hace poco en el taller ha surgido esta duda y hemos tenido una pequeña pérdida (concretamente ha sido un bol y se ha ahogado en un barreño de esmalte ;)). 

Que todos los males sean esos, por favor, pero si los podemos evitar también, pues mucho mejor. 

Lo que voy a contar aquí es muy matizable y seguramente que si eres ceramista experimentado tengas algo que objetar al respecto, pero lo que pretendemos es sentar unas bases para estandarizar el uso de cada pigmento en un taller de cerámica y minimizar los riesgos (sobre todo en el horno, que ya sabemos que es el azote de todo ceramista). 

Para ello, en el taller hemos diseñado un cartel que resume los aspectos más importantes.

A saber: 

La pieza con el barro fresco o en dureza de cuero (parcialmente endurecida, pero aún con humedad) se puede decorar con engobes o con tizas a pincel (óxidos silicatados). También podemos aplicar transferencias o dejarla secar para decorarla después. En este estado NO LA ESMALTAMOS.

La pieza en dureza de hueso (totalmente seca) se puede decorar con engobes o con tizas a pincel (óxidos silicatados) o bizcocharla para decorarla después. En este estado NO LA ESMALTAMOS.

La pieza bizcochada (primera cocción) se puede pintar con cualquier pigmento (óxidos naturales, silicatos, engobes, etc.) incluidos los ESMALTES.

Con la pieza esmaltada (segunda cocción) podemos hacer una decoración en tercer fuego (calcas, grasas o vitrificables).

Espero que os haya servido de ayuda y que nunca más tengáis que lamentar una pérdida cerámica por estos motivos.

¡Nos vemos en el taller!